La fatiga del trabajo remoto o teletrabajo genera una serie de riesgos laborales - Seguridad y Salud en el Trabajo

La fatiga del trabajo remoto o teletrabajo genera una serie de riesgos laborales

fatiga del trabajo remoto

Actualmente se vive una coyuntura sin precedentes debido a la emergencia sanitaria, que ha convertido el trabajo remoto como una actividad muy popular. De esta manera se vienen dando las reuniones virtuales o videoconferencias a través de diversas plataformas informáticas de comunicación online. Es así que plataformas como Zoom, Google Meet, Teens se han convertido en herramientas de amplio uso. Precisamente su uso ha permitido el cumplimiento de ciertos protocolos que implican el distanciamiento social.

Fatiga del trabajo remoto

A causa del uso ya desmedido de las plataformas de comunicación online, se ha generado el término “fatiga de teletrabajo”, producto de las nuevas tendencias laborales. Esto se debe al cansancio que las personas experimentan debido a las constantes videollamadas. Se han identificado una serie de consecuencias que radican en este tipo de reuniones virtuales, que tornan esta fatiga como un problema crónico para la salud mental de las personas.

Es así como en base a un profundo análisis de estas consecuencias quedan evidenciados la presencia de riesgos laborales permanentes, producto de la naturaleza del teletrabajo. Algunos factores que producen esta fatiga producto del teletrabajo deben ser consideradas para evitar que las consecuencias puedan tornarse serias por lo que se debe establecer medidas que pueden llegar a minimizarlas. Algunos de estos factores a continuación.

Variación en el contacto visual

Esto se debe a la monotonía del contacto visual, ya que durante la jornada se mantiene el tamaño de los cuadrantes de los participantes en las videoconferencias. Es decir se interactúa con personas que solo figuran en un cuadrante de la pantalla lo cual en cierto modo es antinatural. esto definitivamente difiere de una reunión presencial, en la que todos los asistentes interactúan directamente con un orador, mientras que en las reuniones virtuales todo el mundo mira a todos los participantes de manera permanente.

La dificultad esta en que la atención a varias imágenes en una conferencia virtual puede distraer la atención que normalmente se le tiene al orador. Este definitivamente provoca un aumento exponencial del contacto visual, generando un estrés de muchas veces no quedar claro las indicaciones, debido a las distracciones de la pantalla. Otro aspecto que pocos consideran y que también resulta estresante es el tamaño de la pantalla ante la que nos encontremos, ya que además si hay tamaño excesivo de caras en pantalla de hecho genera incomodidad, pues se interpreta como el espacio personal de uno. Este tipo de situación que puede resultar desapercibida se puede convertir en algo intenso y por tanto con consecuencias de estrés. 

Ante esta situación especialistas recomiendan no utilizar la opción de pantalla completa, así como reducir la ventana para en cierta medida minimizar el tamaño de la cara de los interlocutores. Muchos pensaran que estas situaciones son hasta cierto punto ridículas, sin embargo la rutina con estas características se ha comprobado van incrementando el estrés laboral. No olvidar que el estrés baja las defensas del trabajador y puede contribuir a una enfermedad física efectiva.

Observarse a uno mismo

Otro aspecto que no se suele considerar es que durante las videollamadas se muestras una ventana nos podemos ver a nosotros mismos durante la reunión, lo cual se considera totalmente antinatural. La dificultad de esto es que inconscientemente seamos más autocríticos. Esto no se da en la vida real pues cuando interactuamos no se tiene un espejo constantemente que nos puede permitir vernos de manera permanente, lo cual contribuye a concentrarnos en la esencia de lo que queremos transmitir y no en como nos vemos ante los demás..

Algunos especialistas señalan que la vista continua de uno mismo durante horas y días consecutivos puede definitivamente llegar a ser estresante y agotador. Estas consecuencias negativas se centran en el plano emocional que desencadena nuevamente cuadros de estrés laboral. Lo recomendable en este caso como medida correctiva es que las plataformas cambiasen la práctica predeterminada de mostrarnos a uno mismo, evitando llegar al punto que uno mismo tenga que ocultar la vista propia, considerando además que no todos saben manejar estas funciones de las plataformas.

Jornadas laborales con poca movilidad

Las comunicaciones por medios tradicionales como el teléfono permiten a las personas caminar, moverse o simplemente estar de pie mientras interactúan con otros trabajadores. Sin embargo, para el caso de las videollamadas, prácticamente se obliga a las personas a permanecer en un mismo lugar, generalmente sentados, lo cual genera estrés y también ahora dolencias por posturas anti ergonómicas permanentes.

Esto sin duda contribuye a que las personas permanezcan sin movimiento físico durante horas, resultando nocivo a la salud y favoreciendo el sedentarismo. Por ello se recomienda a las empresas en capacitar a sus trabajadores que ejercen el trabajo, en el sentido de tratar siempre de cambiar la posición de la cámara o el teclado para obtener una mayor flexibilidad, y si uno es el que esta exponiendo, evitar hacerlo en una posición monótona, sino tratar de hacerlo de pie como se haría en una reunión en persona. Además durante las videoconferencias también se recomienda apagar la cámara de manera puntual para ejecutar pausas activas que implique el movimiento corporal.

Exigencia cognitiva en cada jornada

El nivel de atención durante una videoconferencia resulta ser mayor respecto a una comunicación directa, ya que muchas veces las señales no verbales no son consideradas y además muchos de no haber entendido algo optan por no preguntar, por el temor inconsciente de que otros oirán el comentario. es por eso que en las reuniones virtuales, el esfuerzo para tratar de entender o que se entiendan nuestras señales resulta mas complejo.

Nuevamente la recomendación para mitigar estos efectos de las reuniones online es, de manera periódica darse un descanso del vídeo, optando por permanecer conectado solo con el audio, habito además que no debe ser criticado y menos desautorizado por las jefaturas que puedan estar interactuando en dichas reuniones.

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